miércoles, 12 de junio de 2013

LA SERRANA DE LA VERA. ROMANCE


http://www.piornal.net/imaggran/musica/partituraserrana.gi
 Adoración Calle Prieto, Carmen Calle Prieto, María Iglesias Fernández,
G. D. Miguel María Cruz, G. C. Maruxa Gutiérrez.

Legua y media de Garganta,    cinco leguas de Plasencia
habitaba una serrana,  alta,  rubia y sandunguera.
Vara y media de cintura,   cuarta y media de muñeca,
con una mata de pelo   que la los zancajos le llega.
Cuando tiene sed de agua   se baja pa la ribera
cuando tiene sed de hombre   se sube para la sierra.
Vio venir a un serranito   con una carga de leña,
le ha agarrado de la mano   y a la cueva se lo lleva.
No le lleva por caminos   ni tampoco por veredas,
que le lleva por los montes   por donde nadie la vea.
Ya trataron de hacer lumbre   con huesos y calaveras,
de los hombres que ha matado   aquella terrible fiera.
Ya trataron de cenar   una grandísima cena,
de conejos y perdices,   de tórtolas halagüeñas,
- Bebe serranito bebe,   agua de esa calavera,
que puede ser que algún día
   otro de la tuya beba.
Ya trataron de acostarse,   le mandó cerrar la puerta
y el serrano como tuno,   la ha dejado medio abierta.
- Serranito, serranito   ¿sabes tocar la vihuela?
- Sí señola sé tocarla   y el violín si usted quisiera.
Le ha dado una guitarrita   para que tocara en ella,
al son que ella se durmiera   la guitarra respondiera.
Al sonar esa guitarra   se ha quedado medio traspuesta,
ya que la sintió dormida,   se ha salido para afuera.
Y al ver que no está el serrano   se puso como una fiera,
y al ver que no estaba allí,   excava, bufa y patea.
Legua y media lleva andada   y sin menear la cabeza,
otra legua y media anduvo   y ya volvió la cabeza.
Cogió una china en su honda   que pesaba arroba y media,
y de brío que llevaba,   le ha tirado la montera.
- Vuelve, serranito, vuelve,   vuelve atrás por tu montera
que es de paño fino y bueno   y es lástima que se pierda.
- Si se pierde que se pierda,   yo atrás no voy a por ella,
mi madre me compra otra   y si no me estoy sin ella.
- Por Dios te pido serrano,   que no descubras mi cueva
y si acaso la descubres   maldición que te cayera:
tu padre será el caballo,   tu madre será la yegua,
y tú serás el potrillo   que relinche por la sierra.
A la mañana siguiente   el serranillo dio cuenta,
acudieron todo el pueblo   para apresarla en la cueva.
- Yo no tengo miedo al pueblo,   ni a otros miles que vinieran,
sólo temo aquél viejecito   que sé que mi padre era,
y para que me matéis vosotros,   me mato yo con las tijeras.


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